lunes, 29 de octubre de 2012

Y el viento sopló.
Una luz inmensa vino hacia mi, o quizás nació de mi, no lo recuerdo. Me recorrió despacio, dorada, rompiéndome, transformándome, uniéndome a ella.
Acá estoy flotando, todo flota, vos también cerca mio. Me hablas de una forma que solo yo entiendo y me contas en un dialecto, que inventaste para mi, que pronto una parte de nosotros descenderá para que en algun lugar del mundo ocurra el milagro de la creación, para dar sentido a una palabra en el idioma de los seres que no flotan.
Mientras te escucho siento como la luz tibia y suave nos empieza a llevar, no se a donde vamos pero vamos juntos. Puedo sentir tus colores y ese es nuestro secreto.
Un hilo nace de mi y desciende... Se deja llevar hacia donde la luz nos empuja. De tu centro cae otro hilo, brillante, ondulante, que late. Me gusta tu música, se que danza con la mía. Y allá lejos, donde ya no podemos ver, se encuentran tu latir y el mio. No necesitamos contarnos que nuestros hilos se entrelazaron porque ya ni sabemos donde ni cuando estamos latiendo pero lo estamos haciendo juntos en un allá que nos alcanza como un eco, que nos promete en el acá.
Entonces me contas que no importa que tan grande sea el mundo al que nos están atando y menos aun importa el tiempo que nos separe, me gritas, aunque nada rompe tu susurro, se que me estas gritando que acá estamos, y que eso no puede cambiarlo ese allá al que estamos yendo.
Ya no puedo escucharte, no estoy, no estas, soy el hilo que me desintegra, soy el latido del impulso que me lleva al lugar donde se que estamos latiendo juntos, donde puedo sentir tus colores y los míos transformándonos en un secreto. Y acá estamos... volviendo a flotar amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario